sábado, enero 14, 2012

Señales de intramuros XXX

En lo que alguna vez fue mi cuarto, en casa de mis padres, veo unos cuantos vinilos míos, amontonados. Los reviso: ahí está Odetta, la cantante negra de la música folk de los 50; la discografía entera de los Creedence que convive con la de Los Olimareños, así como con el "Let It Be" de los Beatles o el de canciones de la Guerra Civil española. Viglietti y Zitarrosa siguen presentes. La prodigiosa voz de Fairuz, una equivalente siria a lo que sería Violeta Parra para Chile, me recuerda a cuando la escuchaba a buen volumen a la sombra del ciruelo. También me recuerda ese ruido a lluvia de otro siglo saliendo de la púa confundiéndose con la que caía afuera, entre junio y agosto.

Aparte de la casa de piedra en medio de un monte espeso, mi próxima adquisición será un tocadiscos.

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