domingo, abril 16, 2006
Lecciones de Antropofagia VII
Cada vez que los bestiarios
se multiplican en el torso de una latitud
concreta, resbálanse la espuma y las golondrinas
sobre las tejas verdes
y el desagüe.
Por eso digo yo que las auroras
se desgajan con su vocabulario de descargas
y en su angosto pasillo de festín omnívoro
sus sístoles
sus diástoles
se encuentran asediadas
por la fuga circular de la memoria.
No sé quién se quedó atrás
con toda su estatura o su estatuaria,
contemplando la tibia perfección de los deshielos,
no este trance de turbia cólera acallada
sino esa conjunción de hachas y laberintos
con su doble soledad
de espinas hasta el hueso.
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